La migraña es una cefalea (dolor de cabeza) crónica que se presenta de manera intermitente, y se caracteriza por ir precedida de trastornos neurológicos (especialmente visuales), dolor pulsátil que inicialmente afecta a un solo lado de la cabeza, y durante los momentos más intensos de dolor la mayoría de los pacientes presenta fotofobia y fonofobia (fuerte sensibilidad a la luz y los sonidos respectivamente) pudiendo evolucionar con acompañamiento de náuseas y vómitos.
Los pacientes con dolor crónico no experimentan únicamente malestares físicos, sino también cambios significativos en su vida diaria, como disminución de su actividad y productividad, trastornos del sueño, problemas en sus relaciones sexuales y familiares, depresión y sentimientos de minusvalía (Turk, 1997).
La cefalea crónica y diaria (entre la que se encuentra la migraña), afecta en España a 1.600.000 personas, que viven totalmente incapacitadas para hacer vida normal, familiar y profesionalmente. Las cefaleas no sólo son crisis dolorosas, son además, en muchos casos, dolores muy incapacitantes.
En el mundo y de acuerdo con la OMS 2001, la migraña es la causa nº 19 en la tabla de discapacidades generales de todas las enfermedades, y la nº 12 si hablamos sólo de mujeres.
Las causas desencadenantes son difíciles de identificar y diferentes en cada persona, pero las más frecuentes son: herencia, edad, estrés y ansiedad, hormonal, ingestión de alcohol y dieta, falta o exceso de sueño, factores medioambientales.
OBJETIVOS para la prevención de las migrañas:
- Psicoeducación: este objetivo está orientado a que la persona conozca:
- La fisiología de su enfermedad
- La existencia de los tratamientos posibles para su enfermedad, incidiendo en las alternativas a la terapia farmacológica.
- El uso adecuado de los servicios sanitarios con respecto a esta enfermedad.
- La importancia de la adherencia a los tratamientos propuestos.
- La importancia del seguimiento de su estado, mediante la realización de chequeos regulares.
- El uso adecuado de los medicamentos.
- Instaurar estrategias de manejo del dolor.
- Instaurar estrategias de afrontamiento del estrés.
- Instaurar estrategias de manejo emocional.
- Incrementar el apoyo social de la persona.
- Aumentar en los pacientes la capacidad de narrar su dolor, a través de habilidades de comunicación.
- Controlar las condiciones ambientales (humedad, frío, luminosidad intensa, ruidos fuertes, etc.).
- Implantación de conductas saludables.
- Diseñar un horario en el que se establezcan los momentos de ocio y de sueño.
- Trabajar las expectativas:
- De eficacia.
- De resultado.
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Recuerda: DATE LA OPORTUNIDAD
Pablo Sánchez Zúñiga. Psicólogo colaborador en PsicoSalud Almería
