Hoy en día, leer cuentos se ha quedado un poco desfasado, teniendo en cuenta que una tablet o aplicación puede hacerlo sin necesidad de que los padres empleen tiempo en el cuento en sí. Pero, ¿qué sucede en el cerebro de los niños cuando les leen un cuento? O mejor dicho, cuando el cuento es contado por una persona cercana a su vínculo afectivo.
Si detrás de una madre cansada, o detrás de un padre agotado, hay una lectura con amor, este es el punto más fuerte que el niño va a recibir. Es decir, aún siendo consciente de que sus papás están sin energía, siguen estando ahí fortalenciendo su confianza y, por supuesto, su autoestima.
Es un efecto recíproco de relajación, puesto que varios estudios certifican la capacidad de relajación que obtiene el niño con este “ritual” y, por consecuencia, los padres también se ven inundados de esta paz.
Referente a los procesos cognitivos, la imaginación, creatividad y memoria se ven fortalecidas por esta práctica. Estos tres procesos hoy en día están siendo mermados por las nuevas tecnologías que hacen que los niños no desarrollen imaginación ni creatividad y por supuesto, la capacidad memorística no es necesaria utilizarla si ya está todo perfectamente estructurado y tenemos el mundo a nuestro servicio solo con un click.
Es muy común que el niño pida una y otra vez que se lea el mismo cuento, esto hace que su memoria se estimule al 100%. Al niño le gusta la seguridad de lo que va a suceder en la página siguiente, le fortalece tener confianza en esa historia y su imaginación vuela cada día a un lugar diferente.
La habilidad de escucha se aprende con gran facilidad teniendo este hábito.
Y como objetivo final, inculcar y fomentar el hábito de la lectura que se pierde con la edad.
Si realmente te ves que no hay tiempo, que el estrés te inunda y dejas estas conductas a un lado. Desde Psicosalud, podemos ayudarte a canalizar el estrés, a estructurar la agenda y sobre todo a tener una parentalidad positiva.
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Recuerda: DATE LA OPORTUNIDAD
