Con mucha frecuencia, las ideas populares sobre la felicidad te harán sentir triste y desafortunado si realmente te aferras a ellas, si te las crees demasiado o dejas que manejen tu vida. En particular, hay tres grandes mitos que crean esta trampa sobre la felicidad.
El primero es la idea de que la felicidad es el estado natural de los seres humanos. Esto es, si una persona posee comida, agua, cobijo, relaciones exitosas… será feliz de manera natural. Es probable que usted haya escuchado esto de muchas maneras diferentes, pero la realidad es otra bien distinta.
El estado normal de los seres humanos es un constante fluir de emociones. De esta manera, una persona se sentirá ansiosa en situaciones que sean desafiantes con resultados imprevisibles, sentirá miedo cuando hay un peligro inminente o una situación amenazante, así como nos sentimos felices cuando nos ocurren cosas que queremos que pasen. Por lo tanto, lo importante aquí sería saber que los seres humanos tenemos todo tipo de emociones, las cuales deben ser aceptadas en beneficio de vivir la vida que queremos vivir.
El segundo mito contiene la idea de que estar feliz es sentirse bien. Con esta definición se cierra la puerta a un estado de felicidad duradera puesto que, ¿cuánto suele durar ese sentimiento de felicidad? Si pensaras en el día más feliz de tu vida, ¿cuánto duró ese estado de placer antes de que apareciera algo que te hizo frustrarte, desilusionarte o sentirse ansioso?
Una mejor manera de definir “felicidad” podría ser: vivir una vida plena y llena de significado personal, en contacto directo con los valores, a pesar de los sentimientos o pensamientos no deseados que puedan aparecer por el camino. En definitiva, las cosas que hacen la vida rica, plena y significativa nos traen emociones dolorosas, así como otras muchas agradables, las cuales deben ser tomadas con curiosidad y apertura, con el fin de lograr dichos valores personales como la amistad o el ser buenos padres.
Por último, el tercer mito es que si no eres feliz, es porque estas defectuoso o no eres normal. Cada vez más, la naturaleza humana está siendo patologizada en el sentido de que si hay algo que esté mal en tu vida y durante un tiempo te sientes infeliz o triste, necesitas medicarte para arreglarlo. Pero la realidad es que SI NO ERES FELIZ, ERES NORMAL. La vida es difícil y desafiante. No siempre, pero muchas veces sí que lo es.
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Pablo Larios Jimenez. Psicólogo colaborador en PsicoSalud Almería
