Quedan pocos días para que llegue el Viernes Negro (Black Friday), considerado como el día de inauguración de las compras navideñas en Estados Unidos, y cada vez en más países. Durante este día, las compras aumentan de manera muy significativa, debido en parte a las grandes campañas de marketing y a los bajos precios anunciados como “descuentos de escándalo”.
Hoy día, resulta muy sencillo adquirir productos de manera instantánea, por ejemplo, a través de un smartphone con conexión a internet. Además, en la sociedad en la que vivimos, no es raro comprar cosas superfluas y que no necesitamos. Sin embargo, esto se puede convertir en algo peligroso e incluso patológico en muchos casos en los que el impulso de comprar este tipo de artículos es muy potente y casi irresistible.
Se denomina compra compulsiva (oniomanía, según la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima versión [CIE 10]) a la realización de compras innecesarias de manera impulsiva, repetitiva y constante. Las personas que las realizan, primero sienten un deseo irrefrenable por llevar a cabo la compra.
Una vez realizada, experimentan un breve período de alivio temporal de la tensión generada por ese deseo, el cual va seguido de diferentes sentimientos tales como culpa o vergüenza por haber realizado dichas compras. No obstante, las personas que las realizan desarrollan una progresiva dependencia al comprar, puesto que no poseen ningún tipo de control sobre sus impulsos.
Este problema de control de impulsos suele comenzar a los 18 años y se manifiesta como un problema tiempo más tarde debido a múltiples factores como deudas acumuladas, problemas familiares, conyugales, etc.
Existen síntomas que suelen experimentar muchas de las personas que realizan compras compulsivas. Algunos de estos síntomas son:
- Comprar cuando están enfadados/as.
- Comprar con tarjeta de débito/crédito artículos que no comprarían con pago en efectivo.
- Sensación de poder al pagar con tarjeta.
- Euforia al gastar dinero.
- Culpabilidad y/o vergüenza por haber gastado dinero sin control.
- Mentir a las personas de su entorno acerca de sus gastos por temor a sus comentarios.
En este tipo de casos, la psicoterapia ha resultado ser muy eficaz a la hora de gestionar el control de impulsos.
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Recuerda: DATE LA OPORTUNIDAD
Cristina López Guerra, psicóloga y estudiante en prácticas del Máster en Psicología General Sanitaria en Psicosalud Almería.