Con los avances en el campo de la psicología y la comprensión cada vez más profunda de la mente humana, los psicólogos han propuesto los tipos de personalidad A, B, C y D.
Las personas de diferentes partes del mundo y con diferentes estilos de vida pueden ser agrupadas en uno de estos tipos.
No obstante, no existe ninguna persona que exhiba solamente uno de estos tipos, sino que normalmente se combinan con otros rasgos de los demás tipos, dependiendo de la situación.
Personalidad tipo A: ambicioso, competitivo, práctico, impaciente y agresivo.
Para ellos, es muy importante el establecimiento de objetivos, pues son competitivos por naturaleza. Son vistos como impacientes y pueden ser fácilmente propensos a la hostilidad y a la agresividad.
Estos individuos toman riesgos con facilidad, lo cual caracteriza al espíritu emprendedor. Son prácticos a la hora de resolver un problema en el momento en el que se precise.
Siempre necesitan estar haciendo algo (puesto que si no es así, piensan que están desaprovechando el tiempo en vez de hacer algo productivo).
De hecho, tienen dificultad para relajarse o quedarse dormido rápidamente durante la noche. Por último, son propensos a sufrir hipertensión, estrés, infartos y aislamiento social.
Personalidad tipo B: relajado, alegre, paciente y despreocupado.
Es lo contrario de la personalidad tipo A. Apenas se estresan, incluso en situaciones altamente estresantes. A la gente le encanta estar con ellos porque son entretenidos y alegres.
No tiene prisa por hacer las cosas y les encanta relajarse y tomar las cosas como vienen. Son menos competitivos y manejan los errores muy bien.
Son tolerantes, flexibles, se adaptan a las situaciones y apenas se quejan por nada. Llevan una vida social plena y hacen amigos con facilidad.
Personalidad tipo C: sistemático, pensativo, sensible, prudente y crítico.
Piensan de manera sistemática y analítica y toman decisiones basadas en la investigación y en información que les sustente. Resuelven problemas de forma natural porque se centran en los detalles y son capaces de darse cuenta de cosas que los demás tipos no podrían tan fácilmente. Son muy sensibles, profundos, pensativos, reservados y cautelosos.
Tienden a evitar las relaciones sociales. Suelen trabajar como contables, programadores de ordenador… puesto que son muy competentes con los números y la lógica.
No suelen tomar riesgos hasta que hayan examinado todos los datos. No aceptan las críticas y son muy críticos con los demás. Este patrón de conducta está relacionado con la aparición de cáncer en diferentes investigaciones.
Personalidad tipo D: apenado, negativo, pesimista, deprimido y socialmente inhibido.
Estas personas representan el 21% de la población. Son muy negativos, se preocupan demasiado, tienen mucha irritabilidad, tristeza y apenas se sienten seguros de sí mismos.
Para evitar el rechazo, evitan abrirse y compartir sus emociones negativas, lo cual les crea mucho estrés. Por esto, está relacionado con las enfermedades cardíacas.
Los estudios muestran que entre un 18 y un 53% de los pacientes cardíacos tienen personalidad tipo D. Además, las personas que ya han sufrido un infarto y que presentan esta personalidad, tienen mayor probabilidad de sufrir un segundo episodio.
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Recuerda: DATE LA OPORTUNIDAD
Pablo Larios Jiménez, psicólogo general sanitario.