Como seres humanos, tenemos infinidad de emociones, pensamientos y sensaciones. Unas son más agradables que otras. La realidad es que no tenemos control sobre ellas para decidir si aparecen o no, solo podemos decidir qué hacer cuando las tenemos.
En consulta, es frecuente escuchar la expresión “no he podido más y he perdido los papeles”. Las personas que la emiten se suelen sentir culpables, pero no son capaces de gestionar la situación y llegan a creer que es imposible.
El perder los papeles lo podemos entender como no saber gestionar lo que nos pasa y dejar que las emociones tomen el control, acallando la parte racional de nuestro cerebro. Por ejemplo, es común perder los papeles cuando nuestro hijo hace algo mal a pesar de haberle dicho que parara o cuando nuestra pareja nos dice y actúa de manera que a nosotros no nos gusta.
¿Por qué se produce esto? Se produce porque nos identificamos con la emoción, creyendo que somos igual que nuestra emoción. Es decir, tengo la emoción de enfado por lo que actúo de acuerdo a lo que esta dice (por ejemplo, gritando). A corto plazo, esta estrategia es útil porque alivia el malestar que produce la sensación. No obstante, a largo plazo, esto solo empeora la situación, ya que habremos perdido el control.
Pero entonces, ¿qué puedes hacer cuando tengas esa emoción?
Primero identificarla, darle un nombre (enfado, rabia, tristeza, impotencia…). Se ha comprobado que el etiquetar la emoción reduce su intensidad. Una vez la tengamos identificada, pasamos a la toma de perspectiva, de distancia: tú no eres esa emoción, eres muchas más cosas, tú simplemente la contienes. Tú tienes la experiencia, pero no eres esa experiencia (eres mucho más). Para facilitar este proceso puedes decirte: “yo tengo esta emoción, pero soy algo más que mi emoción, la emoción no me domina”.
Cuando te das cuenta de que tú eres mucho más, tienes un margen de acción. Puedes decidir, de acuerdo a tus valores, qué hacer, si actuar como dice tu emoción o actuar como tú quieres.
En esto consiste la regulación emocional, en aprender a gestionar todas nuestras emociones, sin intentar evitarlas o controlarlas.
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Cristina López Guerra, psicóloga general sanitaria colaboradora de Psicosalud Almería. www.cristinalopezpsicologa.com
