Los trastornos de la conducta alimentaria constituyen un problema cada vez más frecuente en las sociedades occidentales. Se trata de una problemática que afecta de forma general al género femenino aunque en los últimos años la cifra de hombres que los padecen ha aumentado ligeramente.
La anorexia nerviosa es el trastorno de la conducta alimentaria más común. Se manifiesta, generalmente, mediante una pérdida de peso considerable y los pacientes suelen percibir que su peso está por encima del real.
Además, presentan miedo a engordar acompañado del deseo obsesivo por adelgazar y, junto a ello, la práctica de dietas estrictas o restricciones alimentarias. Suelen ocurrir cambios en el carácter, las personas con anorexia se vuelven más irritables y tienden al aislamiento de familiares y amigos. Y a la hora de la comida, suelen preferir comer solos.
En la bulimia nerviosa los pacientes también tienen una preocupación extrema por la figura y el peso y una imagen de su cuerpo distorsionada. Se manifiesta mediante atracones seguidos de conductas compensatorias, entre las que se incluyen vomitar, abuso de diuréticos y laxantes o dietas severas.
Los atracones suelen ocurrir por la tarde o noche y en un corto espacio de tiempo y suelen ir acompañados de una sensación de pérdida de control al comer y posteriormente sentimientos de culpa o remordimientos.
Además, existen otros trastornos de la conducta alimentaria: el trastorno por atracón, pica, trastorno por rumiación, trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos y trastorno alimenticio no especificado.
Se conoce que existen determinados factores de riesgo que intervienen en la aparición de este tipo de trastornos. Entre ellos, la existencia de familiares directos con diagnóstico de trastornos alimentarios, problemas familiares y suelen aparecer en la adolescencia dados los cambios corporales producidos a esta edad.
También, haber sido víctima de insultos sobre el físico, tener autoestima baja o imagen corporal negativa, entre otros. Además, es importante destacar que los estándares estéticos suelen identificar cuerpos delgados como lo normativo y la publicidad, la moda y los medios de comunicación tienen especial influencia en ello.
Por último, dar comienzo al tratamiento una vez se ha detectado algún trastorno o problema de la conducta alimentaria es crucial para la evolución y el pronóstico del mismo.
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Marina García Martínez, estudiante en prácticas del Máster en Psicología General Sanitaria.