La violencia de género es una lacra social que afecta día a día a multitud de mujeres en todo el mundo. El maltrato continuado por parte del agresor, causa consecuencias graves en la victima.
Existen diversas formas de violencia de género en función de la etapa vital en la que se presentan pero suelen ser de tipo físico, psicológico o sexual incluyendo las amenazas de dichos actos hacia la mujer por parte de sus parejas o ex-parejas o de quien esté o haya estado ligado a ellas por relaciones de afectividad, aún sin convivencia.
En los adultos, podemos apreciar mayores tasas de violencia de género en parejas en régimen de convivencia, cuya edad del varón suele estar comprendida mayormente entre los 31-40 años y en la mayoría de los casos no se presenta una denuncia.
Las consecuencias para la víctima pueden ser múltiples.
- Físicas: Dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, bajo nivel de defensas, fatiga crónica y mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
- Psicológicas: Al principio se dan los sentimientos de humillación, la vergüenza, el miedo, la preocupación y la indecisión.
Tras maltrato continuado puede aparecer el trastorno de ansiedad generalizada, la depresión, el trastorno obsesivo compulsivo, los trastornos de la alimentación, el trastorno de estrés postraumático, la pérdida de autoestima, los sentimientos de culpabilidad, el aislamiento social, la dependencia emocional, el abuso de sustancias e intentos de suicidio.
- Neuropsicológicas: Disminución de la atención, concentración, memoria, funciones ejecutivas y minimización del dolor.
Para reconocer la violencia de género podemos basarnos en algunos indicadores como pueden ser:
- Abusos verbales y emocionales: Insultos, gritos, burlas, apodos indeseables, celos patológicos, minimización de la persona, amenaza con hacerle daño a ella, su familia o con suicidarse si no hace lo que le pide.
- Conductas dominantes y de control: No permitirle salir con otros/as, controlar las llamadas de su móvil, llamarle constantemente para saber lo que hace y dónde está, le dice como tiene que vestir y maquillarse, la acompaña constantemente, controla el dinero y le da órdenes y obliga a cumplirlas, invade su privacidad y le hace creer que está loca.
- Maltrato físico: Empujones, pellizcos, bofetadas, puñetazos, patadas, tirones de pelo, estrangulamiento, muerte.
- Maltrato sexual: Manoseos y besos no deseados, relaciones sexuales obligadas, privación del uso de métodos anticonceptivos, juegos sexuales forzados, embarazo precoz no deseado, agresión sexual, violación.
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Almudena Fernández García, neuropsicóloga, estudiante de prácticas del Máster en Psicología General Sanitaria en Psicosalud Almería y con formación de Técnico en Violencia de Género.
