En los últimos años, las enfermedades crónicas se han convertido en un problema de salud pública al afectar a una parte considerable de la población, siendo las más frecuentes en nuestro país las cardiovasculares, cáncer, diabetes y los trastornos mentales.
Recientemente, el diagnóstico de la enfermedad de Crohn ha aumentado. Esta enfermedad consiste en una inflamación permanente de las paredes del intestino. Es crónica y las personas que la padecen generalmente sufren periodos de brotes o empeoramiento y otros en los que la enfermedad está latente o en remisión.
Se trata de una enfermedad que afecta significativamente a la calidad de vida de las personas que la sufren, especialmente en aquellos periodos de empeoramiento, ya que padecer esta enfermedad trae consigo una serie de cambios en la vida y rutina de los pacientes que se han de afrontar. Y el ajuste a los mismos es determinante para la evolución y trascurso de la enfermedad. De hecho, existen diversos factores de carácter psicológico que intervienen en ella.
En primer lugar, el estrés se asocia con una mayor vulnerabilidad para enfermar y en sí misma la enfermedad es también una fuente de estrés. Además, si el estrés influye considerablemente en el bienestar psicológico del paciente puede agravar los síntomas. Y así mismo, el estrés diario se relaciona con una mayor actividad de la enfermedad.
Además, padecer esta enfermedad aumenta la probabilidad de sufrir trastornos emocionales y, a la misma vez, estos afectan al curso de la enfermedad. De hecho, los trastornos de ansiedad y depresión se encuentran en un número significativos de pacientes con enfermedad de Crohn y estos influyen directamente en la calidad de vida y en padecer recaídas.
No obstante, poseer una red de apoyo rica influye en la calidad de vida percibida por los pacientes y está relacionado negativamente con la presencia de síntomas de psicopatología.
Por tanto, esta enfermedad predispone a experimentar situaciones de vulnerabilidad, no solo física sino también psicológica y poseer estrategias de afrontamiento frente a la enfermedad es crucial para afrontarla y adaptarse a los cambios derivados de ella.
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Marina García Martínez. Psicóloga en prácticas del máster en psicología general sanitaria en Psicosalud Almería.
