“La preocupación es el resultado de saber que hay un futuro. Cuando pensamos sobre el futuro y vemos que puede ser incómodo, desagradable o incluso peligroso, las personas nos preocupamos. Si bien niños y niñas no piensan mucho más allá de su presente, los adolescentes sí lo hacen”. Steinberg y Levine.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud el 4% de los jóvenes de entre 12 y 17 años y el 9% de los de 18, padecen un trastorno depresivo, el cual es más frecuente en chicas que en chicos debido entre otros factores a diferentes formas de hacer frente a los problemas.
Es importante distinguir entre la tristeza normal o momentos de desesperanza, que la mayoría de nosotros hemos experimentado, y un trastorno depresivo. La mayoría de los adolescentes afrontan de forma adecuada los ajustes propios de esta etapa evolutiva.
Los síntomas del trastorno depresivo adolescente son: estado de ánimo triste o irritable, falta de interés por la mayoría de las actividades, pérdida importante de peso o apetito, alteración del sueño, disminución de energía, sentimientos de inutilidad o culpa, visión negativa del mundo y del futuro, dificultades de concentración y/o ideas de muerte frecuentes.
Estos síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
En el adolescente con depresión se da una distorsión o sesgos sistemáticos: visión negativa de la propia persona, del mundo y del futuro, unida a un sentimiento de falta de control sobre la propia vida. A ello se puede unir la presencia de estresores importantes en la vida del adolescente (relaciones personales insatisfactorias, clima familiar conflictivo…) y la carencia de habilidades sociales para afrontarlos eficazmente.
Por otra parte, un factor importante de protección frente a la depresión es disponer de una persona cercana en la que poder confiar.
Desde PsicoSalud Almería os recomendamos pedir ayuda profesional ante la sospecha de la existencia de un trastorno depresivo, recordando que durante la infancia y adolescencia la depresión puede estar asociada a irritabilidad e incluso a conductas agresivas y delictivas.
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